martes, 24 de agosto de 2010

SOCIALISMO

UNIVERSIDAD DE ORIENTE

VICERRECTORADO ACADEMICO

CONSEJO DE ESTUDIOS DE POSTGRADO

NUCLEO DE MONAGAS

COORDINACIÓN DE POSTGRADO EN CIENCIAS

ADMINISTRATIVAS

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

ELEMENTOS QUE LO COMPONEN

SUS FUNDAMENTOS

Prof. Integrantes:

Lisandro Zapata Acuña Taula C.I. 14.940.623

Infante Juan C. C.I. 14.364.341

Márquez Oswaldo C.I. 14.254.548

Zorrilla Marielis C.I.15.511.482

Maturín, Agosto de 2.010.

INDICE

INTRODUCCION..............................................................................................3

Fundamentos Filosoficos del Socialismo..........................................................4

Karl Heinrich Marx.............................................................................................4

Friedrich Engels................................................................................................5

Reseña de la Unión de Republicas Socialistas Sovieticas...............................8

Revolucion Rusa de (1917)...............................................................................8

La Unión Sovietica (1985-1991) 10

Socialismo del Siglo XXI 12

Estructura Ideológica.......................................................................................13

Critica a la propuesta......................................................................................15

Representatividad democrática.......................................................................15

Objetivos que persigue el socialismo del siglo XXI.........................................16

Socialismo Cientifico. 17

Los Utopicos. 19

Socialismo del Siglo XX.. 24

Venezuela. Dos tendencias. ¿Qué Camino?. 25

CONCLUSIÓN........... 32

BIBLIOGRAFIA………………………………………………………………...…..34





INTRODUCCIÓN

El socialismo surge por la necesidad de reformar la organización social, económica y política de la sociedad capitalista, la sociedad del liberalismo, a la vista de la miseria en que vivía (y vive), la mayoría de la población. Es la respuesta a los gritos de auxilio de la clase trabajadora del capitalismo, una clase trabajadora que desde siempre había estado marginada y a veces despojada de los medios de producción, lo que la hacía verse obligada a vender su fuerza de trabajo al capitalista, al dueño de los medios de producción, convirtiéndose por este hecho en asalariados y explotados.

Para ser más explícitos, recordemos que Marx decía que, la historia debe ser analizada por sus contradicciones, es decir, cuando se dan contradicciones entre las fuerzas de trabajo (trabajador), y el modo de producción (feudal, capitalista, mercantilista), las relaciones de producción que hay entre trabajador y patrón, entran en un conflicto tal, que debe darse una transformación social, una revolución. O sea que se requiere una salida a la situación, por lo que surge un deseo por desenlazarse del yugo y emprender el camino a la libertad y el bienestar social, no de unos cuantos.

En este trabajo abordaremos precisamente ese tema, el socialismo, pero nos abocaremos a los elementos que sustentan el socialismo científico. Socialismo del siglo XXI como modelo socioeconómico. Sus fundamentos. Lo que, hasta la fecha, quiere ser puesto a la práctica.

FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS DEL SOCIALISMO

Karl Heinrich Marx, Nació en Tréveris, Alemania, 5 de mayo de 1818 murió en Londres, Reino Unido, 14 de marzo de 1883), fue un intelectual y militante comunista alemán de origen judío. En su vasta e influyente obra, incursionó en los campos de la filosofía, la historia, la sociología y la economía. Junto a Friedrich Engels, es el padre del socialismo científico. Sus escritos más conocidos son el Manifiesto del Partido Comunista (en coautoría con Engels) y el libro El Capital. Fue miembro fundador de la Liga de los Comunistas (1847-1850) y de la Primera Internacional (1864-1872).

La obra de Marx ha sido leída de distintas formas. En ella se incluyen obras de teoría y crítica económica, polémicas filosóficas, manifiestos de organizaciones políticas, cuadernos de trabajo y artículos periodísticos sobre la actualidad del siglo XIX. Muchas de sus obras las escribió junto con Engels. Los principales temas sobre los que trabajó Marx fueron la crítica filosófica, la crítica política y la crítica de la economía política.

Algunos autores pretendieron integrar la obra de Marx y Engels en un sistema filosófico, el marxismo, articulado en torno a un método filosófico llamado materialismo dialéctico. Los principios del análisis marxista de la realidad también han sido sistematizados en el llamado materialismo histórico y la economía marxista. Del materialismo histórico, que sitúa la lucha de clases en el centro del análisis, se han servido numerosos científicos sociales del siglo XX: historiadores, sociólogos, antropólogos, teóricos del arte, etc. También ha sido muy influyente su teoría de la alienación.

Las obras de Marx han inspirado a numerosas organizaciones políticas comprometidas en superar el capitalismo. Por una parte, habría que señalar la interpretación que han realizado los leninistas, partidarios de que una vanguardia del proletariado, organizada en un partido revolucionario, preparado, si es necesario, para trabajar en la clandestinidad, empuje a la clase obrera a hacerse con el poder mediante la fuerza insurreccional de masas, para así derrocar a sus antiguas clases opresoras y dominantes, la burguesía y la aristocracia, expropiándolas de su control sobre el aparato de Estado y los medios de producción, y procediendo a la construcción de un Estado obrero que, además de instituir a aquélla como clase dominante, le permita avanzar hacia el socialismo, sociedad altamente igualitaria y solidaria, sobre la base de la democracia obrera y la propiedad social sobre los medios de producción, y un fuerte desarrollo productivo y cultural, con una economía planificada capaz de suplir holgadamente las principales necesidades mayoritarias y la desaparición de la división de la sociedad en clases, hasta llegar al comunismo sociedad sin clases sociales y sin Estado, basada en un altísimo nivel de civilización.

Para Marx, lo que el hombre es no puede determinarse a partir del espíritu ni de la idea sino a partir del hombre mismo, de lo que éste es concretamente, el hombre real, corpóreo, en pie sobre la tierra firme. El hombre no es un ser abstracto, fuera del mundo sino que el hombre es en el mundo, esto es el Estado y la sociedad.

Sin embargo otros autores, incluido Erich Fromm, niegan la "ruptura epistemológica" y sostienen que la idea de enajenación es la fundamental durante todo el pensamiento de Karl Marx.

Friedrich Engels, nació en Barmen-Elberfeld, actualmente Wuppertal, Renania, entonces parte de Prusia, el 28 de noviembre de 1820. Muere en Londres el 5 de agosto de 1895 fue un filósofo y revolucionario alemán. Amigo y colaborador de Karl Marx, fue coautor con él de obras fundamentales para el nacimiento de los movimientos socialista, comunista y sindical, y dirigente político de la Primera Internacional y de la Segunda Internacional.

Oriundo de una familia burguesa, acomodada, conservadora y religiosa, propietaria de fábricas textiles y vitivinícolas. Enviado a Inglaterra al frente de los negocios familiares, conoció las míseras condiciones de vida de los trabajadores de la primera potencia industrial del mundo; más tarde plasmaría sus observaciones en su libro La situación de la clase obrera en Inglaterra (1845).

En 1844 se adhirió definitivamente al socialismo y entabló una duradera amistad con Marx. En lo sucesivo, ambos pensadores colaborarían estrechamente, publicando juntos obras como La Sagrada Familia (1844), La ideología alemana (1844-46) y el Manifiesto Comunista (1848). Aunque corresponde a Marx la primacía en el liderazgo socialista, Engels ejerció una gran influencia sobre él: le acercó al conocimiento del movimiento obrero inglés y atrajo su atención hacia la crítica de la teoría económica clásica. Fue también él quien, gracias a la desahogada situación económica de la que disfrutaba como empresario, aportó a Marx la ayuda económica necesaria para mantenerse y escribir El Capital, e incluso publicó los dos últimos tomos de la obra después de la muerte de su amigo.

Engels se aplicó a corregir y preparar para publicación los manuscritos que Marx había dejado inconclusos en su preparación de El Capital. El tomo II vio la luz en 1885 y el III en 1894. Esta obra fue el centro de sus esfuerzos hasta su muerte, que ocurrió antes de que pudiera dar a la luz lo que habría sido un tomo IV. El nombre de Engels no figura en forma alguna en la autoría de esos volúmenes, pero es indudable que hay mucho de su mano en ellos. Engels siguió publicando obras originales, como Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana, así como artículos militantes en La Nueva Gaceta.

Engels no tuvo sólo protagonismo propio como teórico del socialismo, a pesar de lo contradictoria que nos aparece su doble condición de empresario y revolucionario, sino que siguió participando activamente en el movimiento socialista y comunista. Fue secretario de la Primera Internacional obrera (la Asociación Internacional de los Trabajadores o AIT) desde 1870, y participó también en la fundación de la Segunda Internacional. Intervino, por sus responsabilidades, en la vida política de los partidos afiliados a la Internacional en el Sur de Europa (España, Portugal e Italia) y en el Este (Rumania, Rusia,…) y escribió libros y artículos al respecto.

En calidad de teórico y fundador del socialismo científico, contribuyó a definir formulaciones acerca de la lucha de clases, así estuviesen 'embozadas'. Su categorización de las acciones de los 'anabaptistas' y su líder Thomas Müntzer, entre otras, así como de las confrontaciones religiosas (Taboritas de Bohemia) sirvieron de puntal al 'desvelamiento' de las contradicciones violentas de clase. Aparte habría que señalar que Engels fue un cabal heredero del Renacimiento, al ser comprobado que hablaba y escribía en 37 idiomas.

Engels se opuso al radicalismo izquierdista, pero tampoco concilió con la evolución reformista del movimiento revolucionario, reeditando la Crítica al programa de Gotha o Las guerras civiles en Francia y finalmente publicando la Crítica al programa socialdemócrata (alemán) de 1891. Dio lugar así a la revisión que condujo al Programa de Erfurt, con el que sí se identificaba. Su colaborador Eduard Bernstein y otros dirigentes condujeron a la socialdemocracia alemana hacia el reformismo parlamentarista, extrayendo del legado de Engels una legitimidad que es negada por otra parte del movimiento, la que condujo a la formación de los partidos comunistas y la III Internacional.

Engels no sólo aplicó el materialismo histórico en sus escritos, sino que desarrolló y aplicó también el materialismo dialéctico, que llegaría a ser la filosofía oficial del movimiento comunista después de la Revolución rusa de 1917. Elementos importantes de sus últimas concepciones filosóficas se encuentran en Dialéctica de la Naturaleza, aunque muchos de sus análisis o ejemplos habían perdido ya valor cuando se publicaron en 1925, en un marco de crecimiento explosivo de la ciencia natural y de debate epistemológico.

RESEÑA DE LA UNION DE REPUBLICAS SOCIALISTAS SOVIETICAS (URSS)

Nació como una unión de cuatro repúblicas socialistas soviéticas, formadas dentro del territorio del Imperio ruso abolido por la Revolución rusa de 1917, y creció a 15 "repúblicas de la unión" hacia 1956: RSS de Armenia, RSS de Azerbaiyán, RSS de Bielorrusia, RSS de Estonia, RSS de Georgia, RSS de Kazajstán, RSS de Kirguistán, RSS de Letonia, RSS de Lituania, RSS de Moldavia, RSFS de Rusia, RSS de Tayikistán, RSS de Turkmenistán, RSS de Ucrania y la RSS de Uzbekistán.

La Unión Soviética llegó a ser el modelo de referencia para futuros estados socialistas durante la Guerra Fría. El gobierno y la organización política del país fueron definidos por un régimen de partido único, el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS).

Revolución rusa de 1917

La actividad revolucionaria moderna en el Imperio ruso comenzó con la Rebelión Decembrista de 1825, y aunque la servidumbre fue abolida en 1861, lo fue en términos desfavorables para los campesinos y sirvió para animar a los revolucionarios. Un parlamento, la Duma estatal, fue establecido en 1906, después de la Revolución de 1905, pero el malestar político y social siguió. Siendo agravado durante la Primera Guerra Mundial por el fracaso militar y la escasez de alimento en las ciudades principales.

Vladimir Lenin en la tribuna reclamando el poder soviético. Tras la muerte de Lenin, Stalin manda recortar la foto en la que antes aparecía Trotsky. La verdadera foto con Vladimir Lenin y León Trotsky en una multitud hacia 1920.El levantamiento popular espontáneo en Petrogrado, en respuesta al decaimiento de la economía y la moral en tiempo de guerra, culminó con el derrocamiento del gobierno imperial en marzo de 1917 (véase Revolución de Febrero).

La reestructuración intensiva de la economía, la industria y la política del país empezaron desde los primeros días del poder soviético en 1917. Una gran parte se realizó según los Decretos Iniciales Bolcheviques, documentos del gobierno soviético, firmados por Vladimir Lenin. Uno de los adelantos más prominentes era el plan GOELRO, que propugnaba una reestructuración profunda de la economía soviética basada en la electrificación total del país. El Plan se inició en 1920, desarrollándose durante un período de 10 a 15 años. Incluyó la construcción de una red de 30 centrales eléctricas regionales, incluyendo diez grandes centrales hidroeléctricas, y la electrificación de numerosas empresas industriales. El Plan llegó a ser el prototipo para el subsiguiente Plan Quinquenal (URSS) finalizándose prácticamente en 1931.

Stalin (1927-1953). Lósif Stalin, gobernante soviético de 1924 a 1953 Durante los primeros años de la Unión Soviética, su política estuvo dominada por el partido bolchevique.[6] Después de la dura política económica llevada a cabo por los bolcheviques durante la Guerra Civil, el gobierno soviético permitió que algunas empresas privadas coexistieran con la industria nacionalizada durante los años 1920. Del mismo modo, el requisamiento total de los excedentes alimentarios en el campo fue reemplazado por impuestos sobre los alimentos (véase Nueva Política Económica). Aunque algunas de estas medidas fueron discutidas por líderes soviéticos, se consideró necesario para evitar que la "explotación capitalista" volviera a la Unión Soviética. Los asuntos económicos constituyeron el telón de fondo en la lucha por el poder que se desencadenó entre los líderes soviéticos tras la muerte de Lenin en 1924. Consolidando gradualmente su influencia y aislando a sus rivales dentro del partido Iósif Stalin se convirtió en el líder de la Unión Soviética a mediados de los años 1920.

La Unión Soviética (1985-1991)

Dos fenómenos caracterizaron la siguiente década: el desmoronamiento cada vez más evidente de las estructuras económicas y políticas de la Unión Soviética, y un conjunto poco coherente de reformas tentativas enfocadas a revertir ese proceso. Después de que se sucedieran rápidamente en el poder Yuri Andrópov y Konstantín Chernenko, figuras de transición con raíces profundas en la tradición Brezhnevita, Mijaíl Gorbachov fue designado líder de la URSS. Gorbachov comenzó a aplicar cambios significativos en la economía (véanse Perestroika (reconstrucción) y Glásnost (transparencia)) y el liderazgo del partido. La política de Glasnost permitió el acceso público a la información después de décadas de fuerte censura por parte del gobierno; también abogó por la transparencia de la gestión llevada a cabo por los líderes soviéticos.

Gorbachov junto a Reagan firmando el Tratado INF, en Washington D.C., en 1987.A finales de los años 1980, las repúblicas que componían la Unión Soviética incorporaron legalmente movimientos hacia la declaración de soberanía sobre sus territorios, citando el Artículo 72 de la Constitución de la URSS, que indicaba que cualquier república integrante de la Unión Soviética era libre de separarse.[8] El 7 de abril de 1990 fue aprobada una ley en virtud de la cual una república podía salirse de la unión si más de dos terceras partes de los residentes de la república votaban a favor de ello en un referéndum. Muchas repúblicas soviéticas liberalizaron primero las elecciones de la era soviética a fin de crear sus propias legislaciones nacionales hacia 1990. Se avanzó en la creación de una legislación que contravenía las leyes de la Unión en lo que fue conocida como "La Guerra de Leyes". En 1989, la RSFS de Rusia, que era entonces la república más grande (con cerca de la mitad de la población) convocó unas nuevas elecciones para elegir un Congreso de Diputados del Pueblo. Borís Yeltsin fue elegido presidente del Congreso. El 12 de junio de 1990, el Congreso declaró la soberanía de Rusia sobre su territorio y tomó la delantera en la elaboración de leyes que convertían en papel mojado algunas de las normas de la URSS. El período de incertidumbre legal continuó en 1991, año durante el cual las repúblicas integrantes de la URSS paulatinamente se independizaron a efectos prácticos.

El 17 de marzo de 1991 se celebró un referéndum que buscaba preservar la URSS. La mayoría de la población votó por su conservación en nueve de las quince repúblicas soviéticas, este referéndum dio a Gorbachov un respiro y en el verano de 1991 se diseñó un Nuevo Tratado de la Unión, en un intento de llegar a acuerdos que convirtieran a la Unión Soviética en una federación mucho más laxa y disminuyendo el centralismo político.

El 8 de diciembre de 1991, los presidentes de Rusia, Ucrania y Bielorrusia firmaron el Tratado de Belovesh que declaró oficialmente la ya inevitable disolución de la Unión Soviética y se estableció la Comunidad de Estados Independientes (CEI), en su lugar. Como quedaban dudas sobre la autoridad del Tratado de Belovesh para disolver la Unión, el 21 de diciembre de 1991, los representantes de todas las repúblicas soviéticas excepto Georgia, inclusive las 3 repúblicas que habían firmado el Tratado de Belovesh, firmaron el Protocolo de Alma-Ata, que confirmó el desmantelamiento consecuente de la URSS y volvió a plantear el establecimiento de la CEI.

La Unión Soviética fue una república federal basada en quince repúblicas unidas. A su vez, una serie de unidades territoriales formaban las repúblicas. Las repúblicas tuvieron también jurisdicción pensada para proteger los intereses de minorías nacionales. Las repúblicas tenían sus propias constituciones, que, junto con la Constitución de la Unión, proporcionaban la división teórica del poder en la Unión Soviética. Todas las repúblicas menos la RSFS de Rusia tuvieron sus propios partidos comunistas. En 1989, sin embargo, el PCUS y el gobierno central se apropiaron toda autoridad significativa, estableciendo las políticas que debían ejecutar los gobiernos de las repúblicas, provincias, oblasts, y distritos.

SOCIALISMO DEL SIGLO XXI

El socialismo del siglo XXI es un concepto ideado por A.V. Buzgalin en una publicación originalmente en ruso en 1996 y en español en el año 2000. En efecto el primer texto sobre el tema no es el de Heinz Dieterich, sino uno del autor ruso titulado "El Socialismo del siglo XXI". El de Heinz Dieterich Steffan, es posterior, a partir de 1996,[] y muy difundido desde el 30 de enero de 2005, por el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez en ese entonces desde el V Foro Social Mundial.

El modelo de Estado socialista del socialismo del siglo XXI es un socialismo revolucionario que proviene directamente de la filosofía y la economía marxista, y que se sustenta en cuatro ejes: el desarrollismo democrático regional, la economía de equivalencias, la democracia participativa y las organizaciones de base. Dieterich, en su obra Socialismo del Siglo XXI se funda en la visión de Karl Marx sobre la dinámica social y la lucha de clases. Dieterich profundiza la teoría marxista y la actualiza en el mundo de hoy, incorporando los avances del conocimiento, las experiencias de los intentos socialistas, develando sus limitaciones, entregando propuestas concretas tanto en la economía política como en la participación democrática de la ciudadanía para construir una sociedad libre de explotación. Resumiendo, el socialismo del siglo XXI supone que es necesario un reforzamiento radical del poder estatal democráticamente controlado por la sociedad para avanzar el desarrollo.

En el marco de la Revolución bolivariana, Chávez ha señalado que para llegar a este socialismo habrá una etapa de transición que denomina como Democracia Revolucionaria. Hugo Chávez expresó “Hemos asumido el compromiso de dirigir la Revolución bolivariana hacia el socialismo y contribuir a la senda del socialismo, un socialismo del siglo XXI que se basa en la solidaridad, en la fraternidad, en el amor, en la libertad y en la igualdad” en un discurso a mediados de 2006. Además, este socialismo no está predefinido. Más bien, dijo Chávez “debemos transformar el modo de capital y avanzar hacia un nuevo socialismo que se debe construir cada día”.[]

Estructura ideológica

Dieterich no establece un modelo único y absoluto para lograr una sociedad democrática, participativa, socialista y sin clases sociales. Más bien establece una metodología para elaborar lo que denomina El Nuevo Proyecto Histórico cuyos pilares estratégicos son el Bloque Regional de Poder (BRP) que sería la integración económica y política de los Estados Progresistas de la región y el Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) que correspondería a la coordinación continental de los movimientos sociales que apoyen a la implementación del Socialismo del siglo XXI. A eso, se suma la colaboración igualitaria y solidaria entre los Estados y los movimientos sociales, es decir, entre el BRP y el BRPP. La autogestión y la idea de Comunidades Creativas y Sostenibilidad, ideario de Ezio Manzini y la Red Mundial para el Diseño Sostenible son igualmente prácticas tangibles de este nuevo modelo.

Dieterich en el Socialismo del Siglo XXI propone un modelo económico que no esté basado en el precio de mercado, fundamento de la economía de mercado y del capitalismo, a los que considera fuentes de las asimetrías sociales y de la sobre explotación de recursos naturales.

Propone lo que denomina una economía de valores fundado en el valor del trabajo que implica un producto o servicio y no en las leyes de la oferta y la demanda. Este valor del trabajo se mediría sencillamente por el tiempo de trabajo que precisa un determinado producto o servicio;[] además de los valores agregados a dicho trabajo, es decir, el tiempo de trabajo que se usó para producir las herramientas o servicios que se emplean en el trabajo mismo, lo cual a su vez lleva a un ciclo complejo de tiempos de trabajo sumados recíprocamente.

Para Dieterich, el modelo de mercado ha puesto su atención principalmente en los alcances de la ganancia y la propiedad, desvirtuando completamente el sentido de la economía. En este sentido, el modelo responde a lo que denomina "crematística", una perversión de la economía donde el acento está puesto en la ganancia. Según él, la economía política no debe operar como la forma en que unos pocos se hacen ricos, sino con un criterio de productividad.

En este sentido, el precio, como principio operativo y cibernético de la economía, determina dónde invertir, por cuanto trabajar, cuanto y qué comprar, cuánto y cuándo ahorrar y es, por lo tanto, la hebra ordenadora del sistema. Para que el mercado funcione eficientemente, debería existir el suficiente poder adquisitivo para comprar, una formación libre del precio, un mercado que no sea monopólico y un Estado de derecho eficiente y no corrupto.

Ante la eficiencia ordenadora del sistema de libre mercado, la planificación de un modelo socialista resulta insuficiente y deformadora de la interconexión en un mundo globalizado. Así, los incesantes intentos históricos para remediar las injusticias de la economía de mercado han fracasado sistemáticamente. Las correcciones del sistema a través de la educación, la redistribución estatal, la expropiación y la democracia obrera, no han resuelto satisfactoriamente la impecable eficiencia cibernética que el modelo de libre mercado impone en las redes globales.

El modelo del socialismo del siglo XXI debería estar basado en una ecuación donde el valor (precio) del producto, se vinculara la equivalencia sobre los tiempos de producción y a la democracia participativa. De esta manera, la redistribución y los cambios a nivel de educación deberían recoger los intereses reales de las personas que estructuran y definen los sistemas político-económicos. Para Dieterich, el socialismo del siglo XXI es la ampliación y profundización de la democracia participativa, donde las dimensiones de lo cotidiano, lo estético y lo racional-crítico deben estar incorporadas al cambio social.

Crítica a la propuesta

El proyecto de Economía de valores no está profusamente detallado en el Socialismo del Siglo XXI, ni considera el grado de complejidad de determinados trabajos que exigen especializaciones científicas, y cuyo tiempo de trabajo no puede ser valorado de la misma manera que los trabajos no especializados. Tampoco considera el valor físico de la producción energética sobre el consumo energético de un determinado trabajo, conocido como tasa de retorno energético (TRE), algo fundamental para el desarrollo social, tecnológico y humano de una sociedad. Aunque los partidarios manifiestan que "el único problema que tiene es la definición del número de insumos que entran en el cálculo. Esto es un problema metrológico, es decir, de consenso y estandarización, que aparece en casi todas las mediciones científicas".

Representatividad Democrática: Tricameralidad y Democracia Directa

Los proponentes de la tricameralidad argumentan que la representación de la comunidad en cada nivel (municipal, autonómico o estatal, nacional o federal, etc.) es un problema complejo y que tiene tres fuentes (la ideológica, la sindical y la territorial). Para resolverlo se postura la existencia de tres cámaras en cada uno de los niveles citados (municipal, autonómico o estatal y nacional o federal/confederal).

La Constitución Bolivariana de 1826 es un ejemplo de Constitución Tricameral. La centralización y concentración del Poder Legislativo era consecuencia inevitable de la cooptación y también del arbitraje que se esperaba de su composición tricameral. La tricameralidad –según Simón Bolívar– debía resolver los conflictos suscitados entre las Cámaras “por falta de un juez árbitro, como sucede donde no hay más que dos Cámaras” y ninguna ley quedaría sin efecto, o, por lo menos, habría sido “vista una, dos y tres veces, antes de sufrir la negativa.

En el Socialismo del Siglo XXI se redefine el concepto Soberanía en sus dos vertientes:

  1. Soberanía Política: fruto de los representantes elegidos por los ciudadanos en los órganos habilitados para ello: Parlamentos y Partidos Políticos.
  2. Soberanía Social: representada por dos ámbitos diferentes del ideológico (que estaría representado por el punto 1) el socio-económico (sindicatos y el consejo económico social y/o patronal) y el territorial ciudadano (Senado).

Frente a las grandes innovaciones se propone una constante reformulación de pequeños cambios que a mediano o largo plazo producen una mejora continua del sistema. Para este rol cobran especial relevancia todos los actores:

  1. Actores de la Democracia Representativa: representantes de la Soberanía Política (Partidos Políticos) + Representantes de la Soberanía Social (Senado + Cámara Socio-Económica).
  2. Actores de la Democracia directa: la reformulación ideológica parte de un proceso de mejora continua que parte de la base ciudadana, de alta implicación y de su continua interacción con los agentes de la Democracia Representativa.

Objetivo que persigue el Socialismo del Siglo XXI

Una Democracia de Calidad Total

La Democracia de Calidad Total constituye una metodología de mejora continua del sistema democrático. Esta metodología es aplicada desde un punto de vista de Democracia representativa más la Democracia participativa.

Origen

La Democracia de Calidad Total, objetivo del Socialismo del Siglo XXI, tiene como metodología activa el Kauzolan. El Kauzolan combina la filosofía o metodología japonesa del Kaizen, aplicada originalmente en el sistema productivo industrial, con las antiquísimas experiencias participativas como el auzolan vasco, la andecha gallega, el coor irlandés o las prácticas comunales andinas denominadas minka. Dos son por tanto las bases de la metodología de una Democracia de Calidad Total: Kaizen + Auzolan, a saber:

Kaizen

La puesta en práctica de la metodología Kaizen tendría como efecto:

  1. Flexibilidad y Adaptación el ciudadano en un contexto socio-político globalizado: Shoyinka.
  2. Fomento de la Participación y de las ideas innovadoras: Soifoku.
  3. Autocontrol o Veto de la ciudadanía ante los defectos político-gubernamentales: Jidoka.
Auzolan

Es una forma antiquísima de trabajo en común vecinal. Es el ayuntamiento o la simple reunión de vecinos donde se determina cuándo y por quiénes ha de efectuarse la prestación. La institucionalización del auzolan la vemos cristalizada en las cofradías administradoras de montes y tierras comunales.

SOCIALISMO CIENTÍFICO

ANTECEDENTES HISTORICOS

El socialismo es un sistema de organización social, basado en el principio de la igualdad. El socialismo es una doctrina que se dio principalmente en el siglo XIX, a medida que se desarrollaba la revolución industrial y las revoluciones del siglo. La disconformidad con las condiciones miserables de la clase trabajadora generó el socialismo utópico, (Owen, Fourier, Saint Simón). Con las revoluciones de 1848 surgió un gran movimiento igualitarista con representantes como Tristan, Cabet y Proudhon, sin embargo, fue decisiva la intervención de Karl Marx para que las ideas socialistas se consolidaran.

Para Marx, el socialismo era solamente una etapa intermedia para dar paso al comunismo, es decir, a la desaparición de clases sociales y del estado, un proceso mediante el cual la sociedad se irá desprendiendo de las malas costumbres del capitalismo, para dejar al comunismo una sociedad limpia y equitativa. Es en el manifiesto del partido comunista que elaboró Marx y Engels, en 1848, donde se hace mención a los puntos esenciales del socialismo marxista: materialismo histórico, lucha de clases, necesidad de una organización internacional de los obreros y de una posterior forma de poder en manos de estos, para organizar el futuro estado comunista.

Engels afirmaba que el socialismo moderno es el reflejo de la inteligencia de los antagonismos de clase, de la antagonía que reina en la producción. Afirmaba también que todas las formas anteriores de sociedad y de estado eran irracionales, solamente ahora con el surgimiento de una nueva ideología, el socialismo, se apunta al reino de la razón.

Igualmente es interesante el texto de Engels que habla de la transición del socialismo utópico al científico y la afirmación que hace respecto a que los capitalistas, desde el momento mismo de nacer, llevaban a cuestas su antítesis, pues un capitalista no podría existir sin obreros asalariados. Mas que cierta resulta dicha afirmación, y justificado hubiese sido entonces que el capitalista brindara mejores condiciones laborales a sus obreros, mejor nivel de vida, una mejor repartición de las ganancias, pues si el capitalista depende estrechamente de la fuerza de trabajo de los obreros debía, redituar equitativamente lo que estos le daban.

Sin embargo esta preocupación por la precaria situación de la clase trabajadora no fue observada primeramente por Marx o Engels, hubo antes otros pensadores que quisieron dar alternativas a la clase capitalista para mejorar la vida de los obreros, los cuales fueron señalados por Marx como utópicos, los principales exponentes de esta corriente son Fourier, Owen y Saint Simón.

Por el momento lo importante es señalar el por qué fueron llamados utópicos, también llamados románticos. La respuesta es simple, los socialistas utópicos o románticos, planteaban una sociedad distinta a la existente en aquel entonces, obviamente no estaban de acuerdo con ella. Manifiestan el deseo de llegar a una mejor sociedad, sin embargo no plantean como se va a llegar a ello, no hay un método. Marx observa una relación dialéctica de la sociedad. Dialéctica que se da entre la naturaleza y el hombre, para que este último obtenga satisfactores de ella estableciendo a la vez las relaciones sociales de producción, ya sea capitalista, feudalista, mercantilista o cualquiera. Eso es lo que los utópicos no ven, sin embargo son ellos los que sirven de apoyo teórico a Marx para que esboce su teoría del socialismo científico.

LOS UTOPICOS

Las ideas de los tres principales socialistas utópicos de la época y lo que Marx retoma de ellos para desarrollar su teoría social. Basándonos en el análisis de las doctrinas económicas de Eric Roll. Comencemos con Robert Owen, plantea el cooperativismo y una relación más cordial entre el patrón y el obrero, es él quien ve al trabajador como un sujeto activo de las empresas, decía que para hacer más libre y culto al trabajador era importante su educación, es inspirador de los sindicatos. Hace una fuerte crítica a la propiedad privada y plantea su mejor organización pero nunca su desaparición. Marx y Engels retoman de Owen, la critica a la propiedad privada, a la institución familiar y matrimonial como órganos enajenadores del individuo, al igual que su ataque al individualismo y que la educación es importante para la libertad de los individuos, así mismo es sumamente importante que Owen finca las bases para la organización cooperativista y sindicalista propias del socialismo. La teoría de Owen es importante en muchos aspectos pero principalmente lo es porque rompe con la visión positivista comteana de la historia y deja a un lado la idea de que la sociedad se rige por leyes naturales ajenas al hombre.

Saint Simón, es un pensador muy controvertido de su época, su planteamiento va dirigido a combatir la pobreza y desigualdad social, rechaza las propuestas de la revolución francesa por considerarlas individualistas y tendientes a llegar a la competencia mercantil y anarquía económica, y que esas ideas no sirven para combatir la pobreza y desigualdad. Decía los sistemas sociales están determinados por el modo en que están los modos de propiedad y por la evolución histórica del desarrollo del sistema productivo, por lo tanto, la economía es la infraestructura de la sociedad, y si es así, entonces no hay igualdad social ni hoy, ni nunca. Al igual que Owen, Saint Simón no desea la desaparición de la propiedad privada, pero si una mejor organización y respeto al trabajador asalariado. Plantea una planificación económica para combatir la pobreza y desigualdad social, combatiendo al mismo tiempo el libre mercado.

Charles Fourier, considerado por algunos economistas e historiadores como Karel Kosik o el mismo Eric Roll, como el líder de la liberación femenina y un luchador incansable de la igualdad entre el hombre y la mujer, independientemente de sus falansterios y su planteamiento de amor libre, tolerancia y libertad sexual, muy de moda incluso hoy día, Fourier critica no a la sociedad burguesa en sí, sino a su comportamiento, al igual que sus homólogos, no plantea la desaparición de la propiedad privada, pero si una mejor organización y comportamiento de ella. A Marx le resulta interesante que su planteamiento lo hace a partir de la necesidad de la liberación de la mujer y su concepción de la historia, es decir, en Fourier ya se vislumbra una concepción dialéctica de la historia, ya que decía, que la sociedad no se mueve en línea recta, sino que se mueve a través de luchas, contradicciones.

Marx y Engels encuentran en los socialistas utópicos una sociedad bella, un paraíso casi, observan que tienen mucha fe en que a través de su teoría los capitalistas van a cambiar su forma de ser para con los trabajadores asalariados, creen fervientemente en el cambio, y en que esa igualdad y concordia social se dará por medios pacíficos, no plantean el modo de cómo llegar a esa bella vida, para Marx y Engels, ellos sueñan, imaginan y divagan, no dan solución, no señalan el camino, y son pacifistas. Mientras tanto Marx afirma que la historia avanza por contradicciones materiales económicas, por el nivel de desarrollo que han alcanzado las fuerzas de producción, por el nivel de conciencia, que los cambios sociales se dan únicamente por la lucha de clases, de lo contrario, no habrá cambio. Y esto es cierto en la medida que echamos un vistazo por la historia de la humanidad, los grandes cambios sociales se han dado por luchas, guerras, enfrentamientos, violencia, pacíficamente, poco se ha logrado.

Marx toma de los utópicos, la crítica que hacen a la organización de la sociedad burguesa y su comportamiento, el esquema histórico que hacen estos de la historia, la separación por parte de los utópicos de la visión positivista de la sociedad y que hacen un basto análisis de temas que conciernen al ser humano, es decir, se toca cercanamente el pensamiento del hombre como un ente social, histórico, no individual. Sin embargo por la falta de método en su teoría Marx los considera románticos, soñadores, utópicos.

Poco después, con El Capital, Marx deja más que claro que la política económica dirigida por el capitalismo no llevara a nada bueno, es una crítica radical al capitalismo y la sociedad burguesa, afirma que el trabajador nunca recibe la totalidad del valor de su trabajo, aborda el tema de lo que Marx denomina plusvalía, resultado de la explotación del trabajador por parte del capitalista o dueños de los medios de producción, y por el espíritu capitalista el trabajador se verá cada vez mas forzado a trabajar más por menos, esto provocara inevitablemente una resistencia de los obreros, que dará lugar a un enfrentamiento capital-trabajo, es donde Marx afirma entonces como las relaciones obrero patronal se desgastan y entran en conflicto dado el modo de producción, en este caso capitalista, por lo cual será necesario una confrontación para abrir paso a un nuevo modo de producción en el que exista la igualdad social y se dé la extinción del estado por sí mismo.

 
 A grandes rasgos podemos decir, que lo que pretendía Marx con su obra, era dejar claro que si se seguía adelante con el modo de producción capitalista  la riqueza se concentrara cada vez más en un menor número de personas, mientras que el proletariado aumentara en número y será más miserable, por lo que se agudizaría la lucha de clases y nos encaminaríamos al final del modo de producción capitalista.  
 
Marx y Engels, han sido dos de los pensadores socialistas más importantes de la historia, su teoría pues fue divulgada por sus discípulos llamándole socialismo científico, y más tarde, marxismo, que no es otra cosa que un análisis crítico y profundo de los modos de producción, en este caso, capitalista, y de la teoría económica liberal. En el marxismo, el factor central de la vida social  no son las ideas, sino los factores de producción.  Cada etapa del proceso productivo, cada modo de producción,  con sus organizaciones  económicas y sociales entrara en colisión con las nuevas  relaciones económicas y sociales  surgidas de su interior, esta es la esencia del capitalismo, la concepción  materialista de la historia. La lucha entre las fuerzas de trabajo y los modos de producción darán vida a unos nuevos modos de producción con sus propias estructuras políticos, económicos y sociales. 
 
            En el socialismo científico, el planteamiento es la desaparición de las clases sociales, ya que estas son el antagónico de cualquier modo de producción, basta mirar lo sucedido en el esclavismo, el feudalismo etc.  En el capitalismo se explota al trabajador porque es de una clase social inferior que la del capitalista,  y el capitalista se aprovecha de esto, explota al trabajador, por que el trabajador al no poseer los medios de producción se ve obligado a vender su fuerza de trabajo al capitalista, por un mísero salario, de ahí que el marxismo plantee la equidad en bienes, en trabajo, la nula presencia de acumulación de capital y clases sociales. Solamente de esta forma el hombre vivirá en paz, sin contradicciones con los modos de producción y la sociedad podrá avanzar pacifica y ordenadamente.  
 
Podemos ver pues que los cambios y evoluciones que sufren las sociedades, están determinados  siempre y básicamente  por motivaciones económicas, en la medida en que la distribución del capital sea equitativa y no haya explotación de nadie, no habrá clases sociales, ni confrontaciones sociales movidas por motivos económicos.  
 
Marx considera igualmente que el estado y todos sus órganos son controlados por la burguesía, para dominar desde arriba a los de más abajo, controlando de esta forma la economía, la educación y cada paso de los individuos. Marx en sí plante el socialismo como proceso, como el camino a seguir para llegar al comunismo,  lo hace evidente en El manifiesto del partido comunista, donde dice que la clase obrera, como antagónica de la burguesía llevara a cabo el proceso revolucionario, el cual será violento evidentemente, pues tendrá que enfrentar los aparatos represivos del estado. Y que para triunfar este proceso, debe ser de carácter universal. Cabe la posibilidad en esta concepción de que en un país más inteligente, se dé el cambio de manera poco violenta, pero violenta al fin, es la solución, el proletariado tendrá que enfrentar a la burguesía y todos los órganos que de ella emanan.  Para ello la clase obrera debe estar bien organizada y ser paciente pues el cambio no será de la noche a la mañana, como pasa con cualquier revolución social, es lenta,  difícil, y necesita orden para avanzar lento pero seguro. 
 
Marx propone que el estado deberá ser transformado  en una dictadura del proletariado, provisional y transitoria, mediante la cual, las antiguas clases dominadas ejercerán su dominio sobre los restos de la burguesía hasta su total extinción, evitando los peligros de la contrarrevolución.
 
Esa etapa transitoria se caracterizara por una democracia popular, y transformara la propiedad privada en comunal, dando paso a una sociedad comunista, no represiva, en la que todos deberán trabajar por igual, dando a la sociedad aquello que es capaz de dar  y obteniendo de ella lo que necesite para su existencia: “de cada quien según su trabajo, y a cada cual según sus necesidades”).
 

EL SOCIALISMO DEL SIGLO XX

El socialismo alcanzó su apogeo político durante el siglo XX en el bloque socialista de Europa, la URSS, estados socialistas de Asia y del Caribe.

Cartel propagandístico soviético, ilustra a Lenin "limpiando" simbólicamente el mundo de los reyes, ricos e imperialistas, glorificando así el socialismo.

Durante la segunda mitad del siglo XX fue de gran importancia para el llamado bloque socialista, que la Unión Soviética liberara a los países ocupados del Tercer Reich en el frente oriental durante la Segunda Guerra Mundial, pues estos mismos posteriormente adoptaron sistemas de gobierno socialistas que hicieron que el campo socialista alcanzara un amplio dominio.

Indicadores del auge socialista durante el siglo XX son por ejemplo, los grandes avances en la tecnología, como por ejemplo en los programas espaciales, así como la gran tecnología militar, principalmente en la Unión Soviética. La contrapartida es el abandono de los principios socialistas por la burocracia estatal, que no salió de la economía de guerra y limitó la democracia socialista.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la tensión militar-ideológica entre el bloque socialista, encabezado por la URSS, y el capitalista, encabezado por Estados Unidos, desembocó en un enfrentamiento político que se conocería como Guerra Fría. Se conoció de ella extraoficialmente y fue la competencia por la superioridad en todos los aspectos y lograr así el dominio completo (pero no directo) de la mayor cantidad de países. Culminó con la desintegración de la URSS por sus contradicciones económicas y políticas y fuertes presiones externas, y seguida de una repentina crisis en los demás estados socialistas, principalmente los europeos.

VENEZUELA. DOS TENDENCIAS. ¿QUE CAMINO?

El planteamiento del socialismo del siglo XXI en la Venezuela Bolivariana de hoy es un planteamiento de fondo que desafía no sólo el intelecto del pueblo, su academia, su sabiduría popular y soberana, sino toda la realidad venezolana. Un desafío que trae consigo además muchas consignas de esperanza para la reconstrucción y la transformación social, en la búsqueda del espacio vital digno y soberano que se merece este pueblo. Una de estas consignas es la de dar a luz un nuevo humanismo, centrado en la justicia como valor supremo, ni individualista ni materialista, un humanismo liberador y en relación solidaria y recíproca con todo lo que le rodea, en contraposición con el humanismo cruel y depredador que nos ha legado el modo de producción capitalista y el neoliberalismo.

Según Touraine (2006), se podría decir que el planteamiento del socialismo del siglo XXI en Venezuela constituye la búsqueda de una nueva “expresión política” que ayude a curar los males sociales que no se pueden solventar por la vía del capitalismo. Pero también, un intento (válido por cierto), de plantearse una nueva política de ruptura. Parece conveniente pensar en este planteamiento como una alternativa real y posible y no como un simple discurso político, o una ilusión de soñadores ingenuos, o como un simple debate que busca un nombre para apodar o ubicar en alguna categoría política un proceso como el que se vive actualmente en este país.

1. La realidad venezolana actual: Transición hacia la sociedad de la plena inclusividad.

- Superación del capitalismo y neoliberalismo

Como planteamiento de fondo el socialismo del siglo XXI se orienta hacia la superación del capitalismo como modo de producción y el neoliberalismo como aparato ideológico político que lo sustenta. La principal razón por la que el capitalismo debe ser superado tiene que ver con la catástrofe humana que ha ocasionado en todo el mundo, debido a las grandes desigualdades económicas y la exclusión social y la destrucción ecológica que ha producido. Según cifras aportadas por James Petras en el Año 2004 un 80% de la población humana vive en estado de pobreza, y va en aumento, lo cual deviene como consecuencia directa de una distribución desigual de todas las riquezas mundiales, las cuales se distribuyen en un 90% para apenas un 20% de la población, y el resto de la humanidad debe sobrevivir con lo poco que queda.

- El capitalismo no puede resolver los problemas que le son inherentes.

Tal como señalan Valderrama y Mena (2006), el modo de producción capitalista se realiza mediante una dinámica de competencia feroz entre los actores económicos, la ética del lucro individual, cada quien buscando egoístamente la mayor ganancia posible culminando en la apropiación individual de la riqueza social por una minoría. El resultado es una falta de atención a los problemas sociales. “Es así que la alimentación, la educación, el trabajo, pasan a ser problemas individuales y, por lo tanto, de solución imposible para el grueso de la población” (2006: 73).

Pero la problemática de la exclusión social es sólo una parte de la situación nociva generada por el capitalismo. Hay que mencionar también la problemática de la destrucción del medio ambiente, con su consecuente desequilibrio, como parte de un proceso de destrucción que se ha desatado y que amenaza seriamente la vida de todo el planeta. Esta realidad viene a agravar la situación para los más pobres, ya que entre muchos otros males que les sobrevienen por este proceso de destrucción en marcha, los recursos naturales se agotan (como el agua por ejemplo) y los centros capitalistas, principalmente Los Estados Unidos de América, ya se preparan para apropiarse de lo poco que queda en provecho propio, ignorando por completo las necesidades de las grandes mayorías empobrecidas y excluidas, quienes no sólo sufren desplazamientos en los trabajos por las máquinas y la tecnología, sino que cada vez viven problemas más graves de salud, y en general todo tipo de males sociales, en medio de la gran modernidad que se ufana de su mal llamado “progreso”, con sus signos de opulencia y derroche de las minorías enriquecidas de esta manera ilícita.

Ante tal situación, no se puede esperar que el sistema que ha generado tan grandes contradicciones sea capaz de aportar las soluciones y transformaciones sociales que se requieren, porque el capitalismo se alimenta justamente de esas contradicciones y de esa gran masa de excluidos y excluidas.

- Del capitalismo hacia la creación de la sociedad donde todos y todas quepan.

Hinkelammert (1996) explica la realidad del capitalismo total y la ética del mercado bajo la cual vive actualmente el mundo como una fuerza compulsiva de hechos que terminan por imponer una sociedad en la que nadie cabe. Para la disolución de dichas fuerzas, señala el autor, hay que echar mano sin más demoras de una ética de la solidaridad.

El capitalismo es antihumano por naturaleza y genera destrucción ecológica y humana a gran escala; hay quienes todavía aspiran a que el capitalismo se vuelva solidario, más humano y más justo. El capitalismo nunca será un sistema de equidad y justicia porque el valor supremo del capitalismo es el tener más, y para ello debe derribar a su paso no sólo a sus competidores, sino también todos los valores que le son contrarios, como la justicia, la igualdad, la solidaridad, la cooperación mutua, la preocupación por los más débiles, los derechos Humanos, la soberanía y autodeterminación de los pueblos, el equilibrio ecológico, entre otros, porque estos valores sólo estorban el libre desarrollo del sistema para la mayor ganancia, que es el fin último del capitalismo.

Hay quienes, en el capitalismo todavía sueñan con la realización del bien común, o el aumento de la competitividad de las economías del tercer mundo que promete el libre comercio. Porque como bien han dicho los representantes de dicha ideología, para ello se necesita que el libre comercio se desarrolle plenamente, sin limitaciones de ningún tipo, lo cual ha significado ya un horror para millones de vidas humanas en todo el mundo, sin mencionar la vulnerabilidad en la que quedan los Estados naciones que se han dejado seducir por esta ideología.

Ha quedado demostrado que, aunque el comercio ha crecido como un gigante, lo único que se ha logrado es una descomunal concentración de las riquezas en pocas manos, de tal suerte que el mundo actualmente le pertenece a las 500 mayores compañías y bancos del mundo, de los cuales casi un 48% son de los EEUU, un 30% son de la Unión Europea y el 10% son japoneses. En otras palabras, aproximadamente el 90% de las mayores corporaciones que dominan la industria, la banca y los negocios son estadounidenses, europeos o japoneses; y esto no es producto de la eficiencia y la buena administración sino que es un resultado directo de las de las políticas estatales de Estados Unidos y la Unión Europea.

Por todo lo señalado, la sociedad donde todos y todas quepan, sólo puede ser posible si aparece una mediación que subordine la ética del mercado a la ética de la solidaridad, que enrumba nuestro horizonte hacia la creación de una sociedad de iguales, una sociedad que realice colectivamente el bien común y garantice la mayor suma de felicidad posible para todos y todas. Esto sólo se logrará mediante la superación del capitalismo y la subordinación de las fuerzas compulsivas del mercado al respeto de lo humano y de la vida como tal. Y el socialismo del siglo XXI es un camino posible.

2. El Socialismo del siglo XXI en Venezuela

El planteamiento del socialismo del siglo XXI en Venezuela es el generador de un gran debate en el cual todas las instancias, los sujetos históricos y las instituciones sociales y comunitarias tienen algo que decir. Es importante el punto de partida del debate sobre lo específicamente Venezolano en la creación colectiva del socialismo del siglo XXI.

En ese sentido, José Carlos Mariátegui 2006 dice: “No queremos ciertamente que el socialismo sea en América calco y copia. Debe ser creación heroica. Tenemos que dar vida con nuestra propia realidad, en nuestro propio lenguaje, al socialismo indo americano”. Esto no quiere decir, sin embargo que no se tomen en cuenta las experiencias de los socialismos que se vivieron en Europa. Es sólo que hay que partir de la propia realidad y valorarlos a partir del propio contexto.

En cuanto a la propiedad social, en el capitalismo el modo de producción es privado, y se sustenta sobre la propiedad privada. En el socialismo tanto el modo de producción como la propiedad deben ser sociales. Este es el nudo grueso del debate, pues el capitalismo produjo la apropiación de la riqueza social por una minoría y por consiguiente una sociedad dividida. En ese sentido, el capitalismo no realiza la felicidad y el bien común de todos y todas. Entonces, necesariamente el modo de producción debe ser social, el fruto del trabajo debe ir a la sociedad y la sociedad repartirlo con justicia. Teniendo en cuenta que la sociedad debe ser una sola, una sociedad de iguales con un bienestar e interés único.


3. El Socialismo del Siglo XXI en Venezuela y la creación del nuevo Estado y la nueva humanidad

Lo determinante de la economía en el socialismo es la propiedad social de los medios de producción y la distribución justa y equitativa de la riqueza social, lo cual sólo podrá viabilizarse si se transforma también el Estado. Esto supone el fortalecimiento ético, económico y político del actual Estado venezolano que exige cambios profundos y transformaciones estructurales. En este sentido, el nuevo Estado necesita profundizar en las nuevas formas de participación política y ciudadana y consolidar las nuevas formas de descentralización del poder. Deben viabilizarse inteligentemente los poderes creadores del pueblo, la ciencia y la tecnología deben recuperar su pertinencia social, hay que promover una relación armónica con la naturaleza, fortalecer el desarrollo endógeno, promover una cultura de la solidaridad, con reivindicación del enfoque de género, incluyendo a todos los sujetos históricos tradicionalmente olvidados (la negritud, los indígenas, los jóvenes, la tercera edad, los niños, niñas y adolescentes), un estado donde todos y todas quepan.

Casi sin darse cuenta, las personas en la sociedad capitalista y neoliberal se tornan egoístas, como consecuencia de la insana competencia del mercado y la ideología sustentadora del sistema que consumen, y también por el imperativo de la sobrevivencia. Esto hace que desaparezcan de su ámbito personal los valores de la solidaridad, la cooperación mutua y la ética comunitaria, empujándoles sin remedio a la búsqueda exclusiva del bien propio. Por eso es necesario, en el socialismo del siglo XXI en Venezuela, procurar también la aparición de la nueva conciencia ciudadana, una nueva subjetividad, una nueva mentalidad. Una conciencia solidaria, cooperacionista, amante de la justicia, de la igualdad y la equidad, con apego a las normas, la transparencia, la inclusividad.

En cuanto a los elementos éticos espirituales para la creación de la nueva humanidad sólo se pueden encontrar en una espiritualidad de la liberación (no necesariamente cristiana). Es decir, una espiritualidad situada desde el compromiso por la vida plena. Una espiritualidad capaz de encarnarse también en el contexto de cambios y transformaciones sociales que se viven actualmente en Venezuela. Una espiritualidad que haga causa común con las luchas sociales, y a favor de todas las reivindicaciones sociales.

En ese sentido, no todas las espiritualidades están en la capacidad de dar aportes significativos. En el caso específico de las espiritualidades cristianas (católicas, evangélicas, reformadas, carismáticas, etc.) las hay de enfoque intimista (sólo interesa el bienestar del yo intimo), espiritualizantes, que separan cuerpo y espíritu, y sólo les interesa lo espiritual, por lo tanto no tienen interés en las luchas sociales. Y otras son dogmáticas, es decir son más importantes las tradiciones y doctrinas de la iglesia, lo cual ven como único principio de autoridad para la vida de fe. En el caso de las espiritualidades cristianas, un recurso posible para ayudar en la transformación social y aportar hacia la creación de una nueva conciencia y un nuevo humanismo es la corriente del cristianismo liberador, porque es la espiritualidad vivida y sentida desde un profundo apego a la justicia, la equidad, la igualdad, la solidaridad, la transparencia y todos los valores humanos y valores éticos morales que deben afirmarse en la nueva conciencia humana para una nueva realidad sociocultural y sociopolítica.

CONCLUSIÓN

El socialismo continúa siendo un término de fuerte impacto político, que permanece vinculado con el establecimiento de un orden socioeconómico construido por, para, o en función de, una clase trabajadora organizada originariamente sin un orden económico propio, y para el cual debe crearse uno público (por vía del Estado o no), ya sea mediante revolución o evolución social o mediante reformas institucionales, con el propósito de construir una sociedad sin clases estratificadas o subordinadas unas a otras; idea esta última que no era originaria del ideario socialista sino del comunista y cuya asociación es deudora del marxismo-leninismo. La radicalidad del pensamiento socialista no se refiere tanto a los métodos para lograrlo sino más bien a los principios que se persiguen.

Después de haber hablado sobre el socialismo y comunismo y el carácter que debe tener el Estado para cumplir las transformaciones revolucionarias que permitan suprimir al capitalismo y avanzar hacia el comunismo, debemos insistir en que no es posible, como piensan algunos, construir la sociedad comunista sin pasar por un período en que exista un Estado fuerte en manos del proletariado y sus aliados, dispuesto a someter a todos los que se opongan a avanzar hacia la supresión total de la explotación del hombre por el hombre. Negar esto es plantear soluciones utópicas, pensar que el Estado cumple funciones neutras, por encima de las clases, porque es sólo un órgano administrador de cosas. Quienes hacen estos planteamientos parecen no ver que necesariamente los dueños del capital se opondrán al traspaso de las empresas a manos de los trabajadores y que usaran, entre otras cosas, precisamente los mecanismos del Estado que todavía estén en sus manos para hacerlo.

Sin embargo, el socialismo no es planteado como una forma de organización simplemente, es en sí un camino necesario por el cual se debe pasar para llegar a la sociedad comunista, caracterizado por la dictadura del proletariado, la desaparición del estado, antes en manos de la burguesía, por sí mismo. 
 
     Durante el socialismo se irán desapareciendo las malas prácticas heredadas del capitalismo, para llegar a una sociedad comunista justa y equitativa para todos,  uno de los principios del socialismo es hacer que todos trabajen  y se les pague lo justo por el trabajo, al  no haber propiedad privada, o al ir desapareciendo ésta, se irá exterminando el deseo de acumulación, explotación y plusvalía consecuente, para dar paso a una sociedad comunista.   

 
 
BIBLIOGRAFIA
 

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-Marx Carlos. Cartas de Marx a Engels. 1858-1859. Edit. Quinto sol, México 1979. PP.124.

-Marx Carlos. Contribución a la crítica de la economía política. Edit. Quinto sol. México 1978. PP. 312.

-Marx Carlos, Engels Federico. Manifiesto del partido comunista. Edit. Quinto sol, México 1992.PP. 63.

-Roll Eric. Historia de las doctrinas económicas. Edit. F.C.E. México 1975. PP. 602.

-Apuntes de clase de clase de Doctrinas políticas y sociales II. Marzo 2001.

-Hinkelammert, Franz. (1996). “Una sociedad en la que todos quepan: de la impotencia de la omnipotencia”. En Duque, José. Editor. 1996. Por una sociedad donde quepan todos: Cuarta Jornada Teológica de CETELA.

-Lanz, Carlos. 2006. Aportes para el debate del Socialismo del Siglo XXI: Tesis.

-Heinz Dieterich Steffan. Hugo Chávez y el socialismo del siglo XXI. Edición Digital por Edwin Linares. www.rebelion.org.

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